Es importante que tengamos sumo cuidado de las figuras literarias |
Fernando Alexis Jiménez
C
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uando estudiamos cuidadosamente la Biblia,
encontramos dos hechos significativos: el primero, que Dios utilizó hombres del
común para escribir los textos, ajustados a su realidad y el los términos de
lenguaje que dominaban, y el segundo, que la forma como se expresaron era fácil
de entender para todos los destinatarios.
Ahora, cuando se redactaron los textos en las
Escrituras, se utilizaron dos formas: las expresiones literales—sin mayor
complicación—y el lenguaje simbólico o figurado. Hablamos de un lenguaje
figurado cuando el mensaje es representado por un objeto o persona.
Ahora, las palabras evolucionan así como su
significación en medio de una cultura o de una región específica. Igual ocurre
con las figuras. Este hecho lleva a que, al escudriñar las Escrituras, no
pretendamos sacar una “revelación” especial u oculta en un pasaje en el que se
utilizan figuras; lo aconsejable es mirar de qué figura se trata y evaluar—con
sumo cuidado y de ser posible comparando otros textos bíblicos.
¿Dónde son más comunes las figuras literarias? En
el Antiguo Testamento más que en el Nuevo Testamento, salvo en el libro de
Apocalipsis en donde abundan.
Quizá usted se pregunta: ¿Qué es una figura? Es
una imagen o expresión que encierra simbología. Permítame aquí ponerle un
ejemplo. Tomemos la palabra andar (del griego peripateo) Usted y yo, en occidente,
entendemos que es caminar.
Cuando vamos a Marcos 2:9, Juan 5:8 y Hechos 3:6,
hallamos el término andar expresado literalmente, que es caminar. Cuando vamos a
textos como Gálatas 5:16, 1 Tesalonicenses 2:12, Colosenses 1:10 y Efesios 4:1,
encontramos que andar se está refiriendo a asumir un nuevo estilo de vida y
movernos en esa dimensión, lo que por supuesto, está asociado a cambiar
paradigmas de pensamiento y comportamiento.
Comprende ahora el por qué resulta complicado
sacar deducciones de primera mano, al leer un texto bíblico que contiene
figuras literarias, sin antes hacer un cuidadoso análisis. Insisto en que es
esencial distinguir lo literal de lo figurado.
¿Cómo podemos hacer la diferencia entre literal y figurado?
Con frecuencia la primera pregunta que surge en
los estudiantes de la Biblia es: ¿Cómo
podemos hacer la diferencia entre literal y figurado en un pasaje bíblico?
En esencia hay tres formas de saberlo:
a.
Cuando la figura que se utiliza no tiene relación con personas o eventos
b.
Cuando humanamente resulta imposible concebir que esa figura esté asociada con
algo del común, como podemos apreciar en Mateo 8:22; 18:8, 9 y Juan 15:5.
c.
Cuando un pasaje bíblico entra en conflicto con otro justo cuando se refiere a
una persona o evento en particular. Para ilustración, comparto dos ejemplos: 1
Corintios 15:22 frente a Juan 11:26 y Juan 2:19 frente a Juan 2:21.
Algunas figuras literarias
Para que tengamos un panorama mucho más claro
respecto a las figuras literarias, que no son nada del otro mundo o que deba
infundir temor—comprendo que lo académico no siempre resulta atrayente—comparto
algunas de las más reconocidas:
1. Modismos. Son las formas muy particulares utilizadas en regiones o ciudades
actualmente, pero que también en los tiempos bíblicos tenían ocurrencia. Le
invitamos a tomar como ejemplo Josué 2.11; 5:1; 7:5; 2 Samuel 17:10; Isaías
13:9-11; Ezequiel 32:7, 8; Joel 2:10.
2. Símil. Comparación de dos cosas, objetos, eventos o personas utilizando el
conectivo “semejante a” y también “es como”. Todo con el propósito de compartir
una enseñanza. Le invito a leer Jeremías 23:29; Mateo 13:33.
Las diversas figuras literarias abundan más en el Antiguo Testamento que en el Nuevo Testamento... |
3. Metáfora. Cuando se alude a dos objetos, cosas o personas que convergen para dar una
enseñanza específica. Le invito a leer Génesis 49:9; Mateo 5:13-16; Juan 8:12.
4. Metonimia. Una figura utilizada cuando algo es específico y se sustituye por otra
persona, objeto o cosa. Por favor lea Amós 7:9; Lucas 16:29; Mateo 26:27.
5. Sinécdoque. Cuando una parte de algo puede referirse al todo de ese algo o un todo,
puede referirse a algo específico. La mejor ilustración la encontrará en Lucas
2:1; hechos 24:5; Romanos 1:8; 19:27.
6. Hipérbole. Se trata de una exageración, a veces ciertas, por parte del
autor con el fin de enfatizar una enseñanza (Génesis 15:1-6; Números 13:33;
Deuteronomio 1:28; Juan 21:25)
7. La personificación. Una figura mediante la cual se atribuye a un objeto algo
propio de quien tiene vida o se le asocia con lo que haría una persona. Para
mejor ilustración lea Isaías 3:26, 14:7, 8; Salmo 114: 3, 4 y Habacuc 3:10, 11.
8. La ironía. Figura a través de la cual se busca decir algo, despertando un aire jocoso,
con el fin de enfatizar una enseñanza. Generalmente se llama ironía porque lo
que se busca enseñar es diametralmente opuesto de la persona, objeto o cosa que
se menciona. Le invito a leer Job 12:2, 1 Reyes 18:27; Mateo 27:29; 1 Corintios
4:8).
9. Eufemismo. Se trata de un lenguaje agradable y en cierta medida
diplomático que sustituye lo que podría sonar ofensivo. Ejemplos específicos los
encontramos en 1 Samuel 24:3.
10. Alegoría. Se trata de un relato con una enseñanza espiritual. Le invito a leer Proverbios
5:15-18; Efesios 6:11-17 y Gálatas 4:21-31.
11. Parábola. Es una figura que se caracteriza por un símil prolongado. Es una historia
con una moraleja o enseñanza especial (2 Samuel 12:1-6 y las enseñanzas del
Señor Jesús en los Evangelios)
Otras figuras sobre las que no abundaremos en
detalles porque se presentan pero muy escasamente en la Biblia, son la Litole,
la Aposiopesis,
el Proverbio
y la Hendiadis.
Si
tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al teléfono (0057)317-4913705
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Fernando Alexis Jiménez
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