Los libros de la Ley (Lección 9)

domingo, 29 de septiembre de 20130 comentarios

Los libros de la Ley, ¿en qué consisten y cómo estudiarlos?


Ya hemos atravesado una de las etapas más dispendiosas pero a la vez enriquecedoras: el análisis de los textos bíblicos, observando con cuidado su contexto, normas gramaticales, de sintaxis así como las diferentes figuras y géneros literarios utilizados. Comprendo que puede parecer engorroso, pero es esencial si queremos tener una aproximación más profunda a la Palabra de Dios.

Le invito para que nos acerquemos a una división sencilla de los diferentes libros que contemplan el conjunto de la Biblia, para luego adentrarnos en los libros de la Ley.


Libros del Antiguo Testamento

Estos libros se dividen en cuatro grandes segmentos, de la siguiente manera:

Libros de Poesía (5)
Libros de Profecía (17)
Libros de la Ley (5)
Libros de Historia (12)

Libros del Nuevo Testamento

Libros de Biografía (4)
Libros de Historia (1)
Epístolas (21)
Profecía (1)

Ahora, ¿Cómo identificamos a qué categoría pertenecen? Es necesario un estudio detenido, teniendo en primera instancia, una aproximación al tipo de prosa que se utiliza. Ese paso será muy útil en el proceso de saber si se trata de libros de poesía, historia, profecía, la ley, biografías o epístolas.

¿Cuáles son los Libros de la Ley?

Los libros de la Ley son cinco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Les invito para que veamos una breve síntesis de cada uno de ellos:

Génesis. Significa "generación" u origen. El nombre nos indica que este primer libro de la Revelación contiene los misterios de la prehistoria y los comienzos del Reino de Dios sobre la tierra. Describe, en particular, la creación del universo y del hombre, la caída de los primeros padres, la corrupción general, la historia de Noé y el diluvio. Luego el autor sagrado narra la confusión de las lenguas en la torre de Babel, la separación de Abraham de su pueblo y la historia de este patriarca y de sus descendientes: Isaac, Jacob, José, para terminar con la bendición de Jacob, su muerte y la de su hijo José. En esta sucesión de acontecimientos históricos van intercaladas las grandes promesas mesiánicas con que Dios despertaba la esperanza de los patriarcas, depositarios de la Revelación primitiva.

Exodo, es decir, "salida", se llama el segundo libro, porque en él se narra la historia de la liberación del pueblo israelita y su salida de Egipto. Entre el Génesis y el Exodo median varios siglos, es decir, el tiempo durante el cual los hijos de Jacob estuvieron en el país de los Faraones. El autor sagrado describe en este libro la opresión de los israelitas; luego pasa a narrar la historia del nacimiento de Moisés, su salvamento de las aguas del Nilo, su huida al desierto y la aparición de Dios en la zarza. Refiere después, en la segunda parte, la liberación misma, las entrevistas de Moisés con el Faraón, el castigo de las diez plagas, el paso del Mar Rojo, la promulgación de la Ley de Dios en el Sinaí, la construcción del Tabernáculo, la institución del sacerdocio de la Ley Antigua y otros preceptos relacionados con el culto y el sacerdocio.

Levítico es el nombre del tercer libro del Pentateuco. Derívase la palabra Levítico de Leví, padre de la tribu sacerdotal. Trata primeramente de los sacrificios, luego relata las disposiciones acerca del Sumo Sacerdote y los sacerdotes, el culto y los objetos sagrados. Con el capítulo 11 empiezan los preceptos relativos a las purificaciones, a los cuales se agregan instrucciones sobre el día de la Expiación, otras acerca de los sacrificios, algunas prohibiciones, los impedimentos matrimoniales, los castigos de ciertos pecados y las disposiciones sobre las fiestas. En el último capítulo habla el autor sagrado de los votos y diezmos.

Números es el nombre del cuarto libro, porque en su primer capítulo refiere el censo llevado a cabo después de concluida la legislación sinaítica y antes de la salida del monte de Dios. A continuación se proclaman algunas leyes, especialmente acerca de los nazareos, y disposiciones sobre la formación del campamento y el orden de las marchas. Casi todos los acontecimientos referidos en los Números sucedieron en el último año del viaje, mientras se pasan por alto casi todos los sucesos de los treinta y ocho años precedentes. Descuellan algunos por su carácter extraordinario; por ejemplo, los vaticinios de Balaam. Al final se añade el catálogo de las estaciones durante la marcha a través del desierto, y se dan a conocer varios preceptos sobre la ocupación de la tierra de promisión.

Es esencial que aprendamos cómo nos ayuda hoy
estudiar los Libros de la Ley
El Deuteronomio es, como expresa su nombre, "la segunda Ley", una recapitulación, explicación y ampliación de la Ley de Moisés. El gran profeta, antes de reunirse con sus padres, desarrolla en la campiña de Moab en varios discursos la historia del pueblo escogido inculcándose los divinos mandamientos. En el primero (1-4, 43), echa una mirada retrospectiva sobre los acontecimientos en el desierto, agregando algunas exhortaciones prácticas y las más magníficas enseñanzas. En el segundo discurso (4, 44-11, 32) y en la parte legislativa (caps. 12-26), el legislador del pueblo de Dios repasa las leyes anteriores, haciendo las exhortaciones necesarias para su cumplimiento, y añadiendo numerosos preceptos complementarios. Los dos últimos discursos (cap. 27-30) tienen por objeto renovar la Alianza con Dios, lo que, según las disposiciones de Moisés, ha de realizarse luego de entrar el pueblo en el país de Canaán. Los capítulos 31-34 contienen el nombramiento de Josué como sucesor de Moisés, el cántico profético de éste, su bendición, y una breve noticia sobre su muerte. El Deuteronomio es, según dice S. Jerónimo, "la prefiguración de la Ley evangélica" (Carta a Paulino).

(Los textos fueron tomados de la Sección Pentateuco de Aciprensa.com)

La Ley es conocida en la codificación de la Biblia hebrea como La Torá.

Características de los libros de la Ley

1. Los libros de la Ley contemplan las normas de Dios para el pueblo de Israel, muchos de los cuales aplican a nuestro actual.

2. Los libros de la Ley se fundamenta en el Pacto de Dios con Israel (Éxodo 19)

3. Los libros de la Ley contemplan normas específicas que tocaban la realidad del pueblo de Israel y ponían orden en medio de sociedades paganas en las que se desenvolvían.

4. Ninguno de los  libros de la Ley es modificado, refutado o puesto en tela de juicio en el Nuevo Testamento.

5. Los libros de la Ley fueron reafirmados por los autores del Nuevo Testamento. Hay concordancia y no contradicción entre sí.

6. Los libros de la Ley si los aplicamos a nuestro contexto, resultan edificantes especialmente en aspectos de moral porque las prácticas paganas—caracterizadas por la inmoralidad—son las mismas que prevalecen en nuestro entorno (perversión sexual, incesto etc.)

7. Los libros de la Ley son paralelos a leyes que se conocen desde 1600 a.C., entre los que podemos citar el Código Hammurabi.

La Ley ponía freno a Israel

Aunque las normas trazadas en los libros de la Ley ponían orden al pueblo de Israel, con frecuencia—era una de sus características--, la quebrantaban. Dios les reconvenía por su actitud, pero ellos recaían en lo mismo.

El Señor Jesús, durante su ministerio terrenal, fue claro en enfatizar: “No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir”(Mateo 5:17. La Biblia de Las Américas)

Cabe recordar que las Leyes tenían dos categorías muy particulares: Unas eran de carácter civil, y otras de carácter ritual.

Pautas para la interpretación de los libros de la Ley

Cuando nos encontramos ante libros de la Ley es importante formularnos algunas preguntas: ¿Cómo afectaron estas leyes al pueblo de Israel?¿Cómo se aplican estas leyes a nuestro contexto?¿Cómo debemos interpretarlas?

Recordemos, y permítame enfatizar en esto, que muchas de las Leyes todavía tienen particular vigencia para nosotros ahora.

Jamás deje de ver la totalidad de los libros de la Ley como parte de la Palabra de Dios, inspirada, útil para nuestra edificación. ¿La razón? Contienen altos estándares que nos pueden resultar muy útiles hoy, ahora.

Si tiene alguna inquietud, por favor no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al (0057)317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez




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