Los Libros Proféticos (Lección 12)

domingo, 20 de octubre de 20130 comentarios



Los profetas tenían un mensaje de Dios para su tiempo
Fernando Alexis Jiménez

Hasta el momento hemos aprendido respecto a los Libros de la Ley, los que son de carácter histórico, y los Poéticos. Hoy estudiaremos los que son Proféticos. Son en conjunto diecisiete libros. Algo que debemos tener en cuenta es que Dios, en su momento, dio el mensaje a través de un profeta, que en esencia, es Su mensajero.

Ahora, debemos distinguir dos categorías: Los profetas Mayores (Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel) y los profetas Menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías)


Ahora, ¿cuál era el papel de los profetas? Es fundamental que lo tengamos muy claro. En esencia, insisto, eran mensajeros de Dios. Se les conocía como “profetas” (1 Samuel 3:20); “vidente” (1 Samuel 2:27); “varón de Dios” (1 Samuel 2:27) y “atalaya” (Ezequiel 3:17).

¿Cuál era el papel del profeta? Él recibía un mensaje de Dios y luego lo transmitía al pueblo Eran en esencia los labios del Señor (Cf. Éxodo 4:16; 7:1, 2) Esto nos debe llevar a reflexionar que es un error pensar que siempre los profetas tenían un mensaje para el futuro; es un equívoco porque primordialmente tenían un mensaje para su propio tiempo.

Lo que no podemos desconocer es que, en los libros Proféticos, encontramos el anuncio sobre la venida de Jesús, el Mesías. Sus mensajes giraban especialmente alrededor de exhortaciones y anuncios al pueblo de Israel, aunque en algunas excepcionales ocasiones, se refirieron también a otras naciones.

Como se recordará, el distintivo del verdadero profeta tenía tres fundamentos: El primero, sus mensajes tenía asidero en Dios y si anunciaban algo se cumplía, lo que no ocurría con los falsos profetas (Cf. Deuteronomio 18:18-22; Éxodo 4:8); lo que anunciaban no siempre era lo que el pueblo deseaba oír, a diferencia de los falsos profetas (Cf. 1 Reyes 22:6-28); y en tercer lugar, hablaban en Nombre de Dios, mientras que los falsos profetas lo hacían incluso en nombre de dioses paganos (Deuteronomio 13:1-3)

Aspectos relevantes de los mensajes de los profetas

Los profetas de Dios orientaban sus mensajes en tres direcciones: En primer lugar, poniendo de relieve que Dios es el soberano de toda la historia; en segundo lugar, la necesidad que tenían los israelitas de ser fieles al Señor; en tercer lugar, la importancia de vivir conforme a sanos principios morales que se debían aplicar a la religión y a la sociedad en general; en cuarto lugar, reconocer que Dios es un Dios santo y que Su Palabra contiene a la vez juicio y esperanza, y por último, la venida del reino mesiánico.

¿Cuándo profetizaron? En el siglo VIII antes de Cristo, desarrollaron su ministerio Joel, Jonás, Oseas, Amós, Isaías y Miqueas; en el siglo VII a.C., lo hicieron Nahúm, Sofonías, Jeremías y Habacuc; durante el período del exilio a Babilonia profetizaron Daniel, Ezequiel y Abdías, mientras que después del exilio lo hicieron Hageo, Zacarías y Malaquías.

Redondeamos la idea diciendo que los profetas no eran alguien más que un hombre llamado a hablar en Nombre de Dios.

Cuando vamos a los libros Proféticos debemos ser muy cuidadosos
Interpretación de los Libros Proféticos

Los profetas y sus escritos deben entenderse en su contexto. No podemos caer en el error de procurar “revelaciones” a la fuerza, sacando un mensaje de su contexto histórico, para pretender utilizarlo en nuestro tiempo. Eso sería tanto como llevar a nuestros oyentes a cometer un error igual o peor que el nuestro si actuamos así.

Cuando esté estudiando a los Profetas—sea Mayores o Menores—procure ir a las referencias bíblicas que hay al margen del texto--. Esto ayudará a ampliar su comprensión del tema al que se están refiriendo. Recuerde que la Biblia no se contradice (Cf. Hebreos 1:1, 2; 2 Pedro 1:20, 21).

Siempre es bueno, de un lado tener en cuenta el contexto que rodea el libro Profético así como el mensaje que trae. De ahí que debemos conocer las condiciones y cuándo vivió el profeta, cómo eran las circunstancias en las que se desenvolvía, qué momento atravesaba la Nación y como era la relación del pueblo con Dios. A partir de allí comprenderemos por qué dijo el profeta lo que dijo. Será mucho más fácil la comprensión.

Ahora, tenga en cuenta que en cuanto a la profecía como tal, hay aquella que tenía un mensaje de exhortación por el pecado o el distanciamiento de Dios, y otra de carácter predictiva. Sin embargo, uno de los principales mensajes fue la venida del Señor Jesús, el Mesías.

Cuando eran de la línea predictiva, las profecías tuvieron un cumplimiento próximo y otras en la línea de tiempo futura, es decir, muchos siglos después.  

No podríamos terminar este tema sin insistir en la necesidad de ser muy cuidadosos cuando abordamos el estudio de los Profetas y el mensaje que trajeron a su tiempo y lo que nos enseñan a nosotros hoy.

Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en escribirnos a webdeestudiosbiblicos@gmail.como o llamarnos al (0057)317-4913705.

© Fernando Alexis Jiménez
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