Es importante utilizar las ilustraciones al predicar |
Durante toda la serie hemos aprendido
sobre las estructuras de los sermones textual, expositivo, temático y
biográfico. Paso a paso hemos visto cómo se concluye la armazón sobre la cual
descansan los argumentos bíblicos de las enseñanzas que compartimos con la
audiencia. Ahora es necesario complementar este cuadro con tres elementos
fundamentales: la introducción, las ilustraciones y la conclusión.
Todo tema debe
tener una introducción apropiada, una vez se comparte la Base Escritural o Base
Bíblica, y por supuesto, cuando hemos leído la porción sobre la cual
realizaremos el análisis. Se trata de una síntesis de todos los aspectos que
abordaremos en la predicación. Es la antesala o aperitivo, y por tanto, debe
circunscribirse a marcar pinceladas de lo que todos escucharán a continuación.
Su propósito fundamental es despertar interés.
Lo aconsejable
es que, en cuanto a tiempo, oscila entre los tres y cinco minutos. A partir de
entonces se puede tornar monótona, y si se quiere, contraproducente ya que los
oyentes caerán en múltiples distracciones.
La
introducción puede realizarse acudiendo a una pregunta o quizá, con una breve
historia. Cualquiera que sea el recurso que se utilice, debe despertar
inquietud y deseos de conocer qué sigue a continuación.
En caso que se
incline por un relato, debe en lo posible, ser comprensible. Recuerde que si no
es preciso al compartir la información, puede provocar confusión. Otra
recomendación es que las frases sean cortas. Esto da mayor impacto a las
palabras e incluso, despiertan curiosidad.
Las ilustraciones
Juegan un
papel importante en la exposición del mensaje. Son las historias, anécdotas o
narraciones que le permiten al oyente, entender que la Palabra de Dios tiene
aplicación práctica en nuestro tiempo.
Un sermón debe
contener un buen número de ilustraciones, aunque cuidando de no incurrir en
excesos.
¿De dónde se
obtienen? De muchas partes. Usted puede tomarlas de los libros que lea, de los
hechos cotidianos que transmiten los noticieros de televisión, de la radio, de
los diarios e incluso, de los argumentos que se manejan en las películas. El
trato con las personas que le rodean, ofrece asimismo un excelente repertorio
de ilustraciones.
Para no
olvidarlas con facilidad, es aconsejable llevar con nosotros una agenda o
libreta en la que anotemos cada hecho que, a futuro, nos puedan servir. Es
recomendable también tener en cuenta los detalles, así parezcan irrelevantes.
Pueden a la postre ser muy útiles.
Las ilustraciones
tornan amena la enseñanza y se constituyen en una excelente herramienta para
que la audiencia memorice o al menos, asimile los principios que recibieron a
partir de la Palabra.
La conclusión
Imagine
siempre un sermón como la experiencia de subir una montaña. Cuando ascendemos,
lo hacemos despacio, cuidando en qué lugar pisamos. Asimilado a la predicación,
es lo mismo que ocurre cuando compartimos los principios bíblicos acompañados
de ilustraciones.
Una vez nos
encontramos en la cima de la montaña, podemos caminar e incluso correr con
confianza. Pero llega el momento en que debemos iniciar el descenso. En el caso
del mensaje, la conclusión es un
segmento de suma importancia porque es allí cuando guiamos a nuestra asistencia
al punto que, desde un comienzo, queríamos que alcanzaran.
Puede ser que
hagan decisión de fe por el Señor Jesucristo o quizá, que apliquen en su vida
cotidiana principios prácticos que hayamos compartido durante la exposición.
Es
recomendable entonces, recordar en síntesis, cada uno de los puntos objeto de
estudio en el sermón. Repetirlos de manera tal que se facilite aún más su
asimilación por parte de los asistentes a la reunión. Debe hacerlo despacio,
sin correr. Si bien ya está terminando su mensaje, es un tiempo que debe
aprovechar para enfatizar aquellos aspectos que desea, queden grabados --con
ayuda del Espíritu Santo—en el corazón y en la mente de los creyentes.
Así quedaría entonces la estructura del
mensaje:
1.- Base
escritural
2.-
Introducción
3.-
Desarrollo del tema (En el que se incluyen las ilustraciones).
4.-
Conclusión
Le invitamos
para que, en adelante, ponga en práctica estos senillos pero efectivos
elementos cuando vaya a compartir la Palabra de Dios en su congregación.
No olvide: En adelante
encontrará la Escuela Bíblica Ministerial
en nuestra Página WWW.MENSAJERODELAPALABRA.COM
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