Es importante tener en cuenta que Hechos es un libro histórico... |
Los
Evangelios que relatan el cumplimiento de las profecías mesiánicas, van acompañados
del único Libro Histórico que tiene el Nuevo Testamento. Nos referimos a los
Hechos de los Apóstoles, donde se sientan las bases de lo que fue el
surgimiento de la iglesia cristiana del primer siglo tras la partida al cielo
de nuestro amado Salvador Jesucristo.
Contiene
además uno de los hechos de mayor significación, y es el mover poderoso del
Espíritu Santo, que ya el amado Señor Jesús había anunciado (Cf. Juan 14:15-18)
Presenta además las primeras conversiones a Cristo y de qué manera los
creyentes asumieron y desarrollaron el compromiso con la Gran Comisión.
El
libro de los Hechos es la continuación del Evangelio de Lucas, que el autor
dirigió a un público muy amplio y que tenía, entre otros destinatarios, a
Teófilo. Algunos teólogos reconocidos señalan que posiblemente se trataba de un
alto funcionario público, quizá vinculado a la esfera gubernamental de Roma.
Eso explica los detalles—por un lado—pero por otro, la forma como se escribe,
con un lenguaje de cierta altura.
La
datación del texto se encuentra alrededor del año 62 d.C., probablemente dos
años después de que Pablo pasara dos años en una cárcel romana (Cf. Hechos
28:30, 31).
Algunos
presupuestos sobre Hechos de los Apóstoles
El
libro de Hechos de los Apóstoles ha generado muchas apreciaciones. Algunas de
ellas giran alrededor de que se trata de un relato sistemático del ministerio de
los primeros creyentes; que buscaba explicar quizá ante alguna autoridad de la
época, las verdaderas motivaciones de los cristianos; que procuraba resaltar la
obra misionera de los primeros creyentes; que buscaba explicar el porqué de la
persecución que se desató en el primer siglo contra los cristianos, e incluso, que
trataba de poner de relieve el mover del Espíritu Santo entre los creyentes en
el Señor Jesús.
También
presenta, con particular énfasis, la salvación por fe en Cristo, la forma como
se comportaban los cristianos primitivos, y por último, muchos aseguran que se
buscaba edificar a los creyentes que se encontraban dispersos.
¿Cómo estudiar el
libro de Hechos de los Apóstoles?
Si
hay un texto apasionante, de aquellos que no podemos soltar hasta que no
terminamos la última página, ese sin duda en Hechos de los Apóstoles.
Es
importante que al acercarnos a sus diversos pasajes, tengamos en cuenta que hay
dos formas de entenderlo: la primera, que tenía un mensaje muy particular para
los primeros creyentes, y la segunda, que tiene enseñanzas para nosotros hoy.
El error que podríamos cometer es que nos basemos en un solo versículo de los
que hay allí para desarrollar una doctrina. Si hemos de tomar una enseñanza, es
importante que comparemos con otros textos de las Escrituras.
Debemos
tener en cuenta que se trata de historia, y como tal, las narraciones sirven
para sacar enseñanzas respecto a cómo debe comportarse un cristiano ante las
circunstancias disímiles que debe enfrentar diariamente y que—por lo general—retan
sus convicciones y fe.
Es
aconsejable leer relatos específicos, para evaluar su contexto: ¿Quién es el
protagonista?¿Dónde ocurrieron los hechos?¿Qué contexto social, económico,
religioso y hasta cultural podemos deducir del relato?¿Qué enseñanza—no doctrina—nos
puede brindar para el presente?
Tome
en cuenta el antes y el después, es decir, todo el contexto.
Esto nos llevará a mejorar la comprensión de los relatos.
Comprenda
que el libro relata acontecimientos del primer siglo, que involucra dos grandes
culturas: la romana y la griega. Sólo cuando tomamos tiempo para investigar en
qué medio se movieron los apóstoles, comprendemos sus reacciones, estrategias
de evangelización e incluso, el contenido posterior de las Cartas universales y
apostólicas.
Procure
meterse en los zapatos de los primeros cristianos que leyeron los diferentes
pasajes de Hechos de los Apóstoles: ¿Qué pudo enseñarles?¿Cómo les animó?¿De
qué manera los fortaleció para seguir profesando su fe en el Señor Jesús?
Hay
dos grandes protagonistas, al menos que sobresalen en muchos de los pasajes.
Sin duda sabe de quiénes se tratan. Está en lo cierto: Pedro y Pablo. También
cuál fue su misión: Uno de ellos (Pedro) se dirigió a los judíos, mientras que
el otro (Pablo) se enfocó en los gentiles, es decir, entre quienes no habían
conocido al Señor Jesús como su Salvador personal.
Las Escrituras debemos estudiarlas con el entendimiento de Dios |
Estudie los
textos bíblicos de referencia
En
varios capítulos del libro de los Hechos de los Apóstoles hay referencias
bíblicas al Antiguo Testamento. Es importante que saque tiempo para
estudiarlas. Le ayudará a comprender por qué cada uno de los apóstoles comprendía
el papel histórico que estaban protagonizando en la extensión del Reino de
Dios.
Ellos
estaban convencidos de que su misión era muy grande, y en ese orden de ideas,
no cesaron de proclamar a Cristo aun cuando arreciaba la persecución.
¿Estamos
obligados a seguir los ejemplos de Hechos de los Apóstoles?
Resulta
interesante que los tiempos cambian. Antes era más fácil ir casa por casa
predicando, entregando un tratado; quizá también el hacer una buena
presentación en un parque. No obstante, los hechos han cambiado y hoy—sin renunciar
a la Gran Comisión y al propósito indeclinable de proclamar a Cristo—estudiamos
otros métodos para alcanzar a quienes no tienen a Jesús en sus corazones.
El
libro de los Hechos de los Apóstoles nos arroja luces sobre sistemas de
evangelización que, en su momento, rindieron resultados altamente eficaces y
que, aplicados en nuestro contexto moderno, podrían ser muy útiles.
Pero
también el compromiso que tenían los apóstoles de predicar utilizando todos los
medios disponibles, debe llevarnos a comprender que podemos hoy trazar estrategias
que ayuden a millares a ir tras el Señor Jesús.
Entonces,
¿Estamos obligados a seguir los ejemplos de Hechos de los Apóstoles?. Es
evidente que no, porque debemos aplicar los métodos a nuestro tiempo. En lo que
sí coincidimos es en el aspecto primordial: Nuestro compromiso indeclinable es
predicar a Jesús el Señor y Salvador.
Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en
escribirnos a webdeestudiosbiblicos@gmail.como
o llamarnos al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez
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