Leer la Bibia: principio edificante |
S
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i hay una idea
equivocada que ha tenido el ser humano por muchos años, es que leer la Biblia
resulta aburridor y es propio de los intelectuales, los religiosos o de
aquellos que desean ampliar su horizonte de conocimiento. ¡Tremendo error!
Acercarnos a las Escrituras es algo apasionante, una aventura sin parangón a
través de loa cual entramos en contacto directo con el mensaje de Dios para
nosotros hoy.
¿Cómo podemos disfrutar,
entonces, el abrir las páginas de su ejemplar de la Biblia y sacarle el mejor
provecho? La respuesta es sencilla: quitando de en medio de nosotros todo paradigma
y todo prejuicio.
--Jamás pensé que estudiar la Biblia era tan maravilloso--, me dijo
en Venezuela una joven universitaria que recién había comenzado a leer algunos
capítulos--. Hay momentos en que quiero
leer más y más, y siempre, en cada página, encuentro algo nuevo--.
A esta opinión se suma
la de un ingeniero civil con el que cursé la formación teológica:
--Por años creí que las Escrituras eran aburridoras, y que las enseñanzas
eran difíciles de entender. Hoy mi opinión ha cambiado hasta tal punto que no
creo—como otrora—que leer la Biblia era para fanáticos sin ninguna formación;
por el contrario, es también para los profesionales y para todo aquél que desee
experimentar crecimiento personal y espiritual--, explicaba.
Debo confesar que en la
secundaría tenía literalmente pavor cuando llegaba la profesora de
álgebra. Dos horas que asociaba con una película
de terror. Tiempo después descubrí que el problema en sí no era la materia,
sino quien dictaba las clases. No sabía transmitir de una manera apropiada el
mensaje, de ahí que considerara el álgebra como una asignatura para sabios.
Es lo que nos pasa con
la Biblia, quizá no ha habido un buen maestro a nuestro lado que nos explique
los pasajes, o tal vez la versión que estamos consultando está en un lenguaje
confuso. En tal caso es aconsejable buscar un ejemplar con lenguaje popular,
como el que hablamos diariamente.
Tres pilares para acercarnos a la Biblia
Cuando emprendemos la
maravillosa aventura de abrir la Biblia y comenzar a leerla, sin duda
atravesamos por tres pasos que llamarían pilares para desarrollar un estudio
sistemático del texto. En su orden son: aproximación, interpretación y aplicación.
Le invito para que consideremos cada uno de estos fundamentos o la ruta que
normalmente seguimos:
1. Aproximación. Es el paso más elemental. Comenzamos a
leer sin ninguna pretensión. Quizá como alguien que abre las páginas de un
periódico y desea enterarse de las últimas noticias. Hágalo usted: simplemente
comience a leer. En una primera exploración no tiene que sacar grandes
conclusiones, simplemente leer.
2. Interpretación. Una vez haya hecho la Aproximación
al texto, procedemos a un segundo nivel, sencillo pero enriquecedor para
nosotros: la Interpretación. Procuramos descubrir qué está diciendo Dios, a
quién o quiénes y qué enseñanza representa—no solo para los destinatarios
originales sino para los lectores de todos los tiempos.
Si tiene a mano una
libreta de notas, tome apuntes de aquellos aspectos que le llaman poderosamente
la atención. Prepárese para anotar pero también para subrayar o tachar. La
Interpretación debe ser sencilla, pero a la vez, una herramienta para tratar de
sacar lo más relevante, incluso, lo que llama su atención.
3. Aplicación. Es el tercer paso, el más sencillo pero a la
vez, el más apasionante. ¿La razón? Es el momento en el que usted descubre qué
significa ese mensaje para usted, y
de qué manera llevarlo a la práctica en su cotidianidad.
La Aplicación de la
enseñanza bíblica nos lleva a remplazar los viejos patrones de vida (cf.
Romanos 12:2) para dar lugar a nuevos cimientos, rodeados de principios y
valores que nos permiten una vida plena, pero además, mejorar la calidad en la
relación con otras personas. En esencia aplicar las pautas bíblicas tiene
implícita transformación individual y
colectiva.
¿Qué nos impide una buena interpretación?
Aun cuando se trata de
un proceso sencillo, el acercarnos a las Escrituras presenta obstáculos ya que
todos nosotros tenemos un entorno cultural, religioso, social y hasta político
que se constituye en el “filtro” que
aplicamos a todo cuanto aprendemos diariamente.
En nuestras vidas al
aproximarnos a la Biblia influyen los prejuicios, lo que culturalmente hemos
aprendido, la concepción que nos inculcaron sobre religión, entre otros
aspectos.
Estas “cargas” que llevamos a cuestas nos
llevan a dos interpretaciones de la Biblia: una de carácter subjetiva, es decir
influenciada por los factores que acabamos de citar, y otra objetiva, cuando
nos despojamos de creencias preconcebidos y buscamos lo que realmente Dios
quiso enseñar a su pueblo en la época en la que se escribieron los textos, y lo
que nos enseña hoy.
Dios, el autor de las Escrituras
Es importante interpretar bien la Biblia |
Aunque se transmitió el
mensaje a través de seres humanos, proclives a fallar como usted o como yo,
quien inspiró el mensaje fue Dios mismo (2 Timoteo 3:16, 17). No es algo que
una persona desocupada se inventó de buenas a primeras, sino que constituye en
esencia la revelación del Padre a Su pueblo (Gálatas 1:11, 12)
Si tenemos una clara
comprensión de este asunto, entraremos a un análisis Escritural generalmente
adoptando un método sencillo de estudio sistemático, pero con mucha expectación
porque nos acercamos es a la voz escrita
de Dios.
Tenga presente que no es
lo que yo quiera que diga la Biblia sino
lo que Dios nos dice a través de la
Biblia.
Tres principios para una
buena interpretación
Si deseamos una buena
interpretación bíblica es importante que, una vez estamos leyendo un pasaje,
nos formulemos tres interrogantes:
1. ¿Qué dice Dios en el
pasaje? No es lo que
creemos, sino lo que dice Dios. Por ese motivo es importante tener a mano una
libreta de notas de tal manera que podamos hacer los apuntes que consideremos
oportunos.
2. ¿Qué enseña Dios en
este pasaje? Toda Escritura tiene un mensaje. De hecho desde
el momento en que nuestro amado Padre celestial la concibió en su corazón para
transmitírsela a uno de sus siervos, tenía definido el objetivo, lo que quería
alcanzar.
Recuerde que el Señor
tenía unos destinatarios iniciales del texto, pero usted y yo somos hoy
los destinatarios
finales de la enseñanza.
3. ¿Cómo se aplica esta
enseñanza del pasaje en mi vida? Recuerde que al
reconocer que la Biblia es la voz escrita de Dios, procuramos que la enseñanza
toque también nuestros corazones y se constituya en valiosa herramienta para el
crecimiento en todas las áreas de nuestra vida.
Lo que hacemos no es
otra cosa que Interpretar el pasaje,
es decir, tener una aplicación simple
procurando que –sin mayores complicaciones—podamos incorporar los nuevos
principios a nuestra forma de pensar y de actuar.
Estoy seguro que si
comienza desde hoy a aplicar esta enseñanza--que le invito a leer de nuevo—,
podrá ir avanzando en la maravillosa experiencia de recorrer la Biblia libro
por libro, aprendiendo siempre cosas nuevas.
Viene a mi memoria
Carlos Alberto Gómez, un escultor caleño, un artista que rompió los esquemas. Es
empírico, muy creativo y trabajador incansable. Por años recorría las montañas
sin encontrar más que tierra y vegetación. Un día creyó que en algunas formas
irregulares del terreno, se podían apreciar figuras. Y ese fue el comienzo de
su proceso artístico, esculpiendo en paredes naturales de arcilla.
A su técnica se le denomina
barranquismo y para aplicarla se
necesita un terreno especial, mejor aún si es arcilloso y blando. La tintura
natural de la tierra ayuda a mejorar los relieves, y la humedad facilita
moldear la montaña. Si algún día viene a Cali, no deje de preguntar por estas
singulares esculturas.
Ahora, decía que venía a
mi memoria este artista porque de lo intrascendente—en apariencia—comenzó a
descubrir verdaderos tesoros y hoy son decenas de personas las que aprenden de
su laboriosa labor armado de espátula, agua y pintura. Él aprendió pero enseña
a otros. Está multiplicando su talento.
Igual cuando vamos a la
Biblia. Descubrimos el mensaje, lo aplicamos a nuestra vida e impactamos a
otras personas, a quienes nos rodean.
Para terminar y en
breves palabras, trataré de explicar lo que significan algunos términos que
quizá haya escuchado cuando se habla de estudiar la Biblia…
Hermenéutica: Es la interpretación de las Escrituras. Una
ciencia que nos ayuda a saber qué procuraba el mensaje originalmente y cuál el
impacto esperado y ver de qué manera aplica a nuestro tiempo.
Exégesis: Es el
estudio sistemático de las Escrituras para descubrir el mensaje original, acudiendo incluso a los
idiomas en los que se escribió cada texto.
Homilética: Es el estudio de la preparación de los sermones
y mensajes, haciendo acopio de la Hermenéutica y de la Exégesis cuando se hace
acercamiento a un texto, de manera tal que se logre una adecuada
interpretación.
Permítame insistirle en
la importancia de revisar lo que hasta ahora hemos aprendido, de manera tal que
leer la Biblia comience a ser desde hoy una maravillosa y enriquecedora
experiencia espiritual y personal
Si tiene algún interrogante,
por favor no dude eescribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com
© Fernando Alexis Jiménez
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Excelente esta leccion!! Gracias pastor por ser una herramienta que comparte capacitacion biblica al pueblo de Dios
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